viernes, 26 de junio de 2015

Todo sobre la cosmética eco y natural

Libre de parabenos y siliconas. Descubrimos los beneficios de la cosmética más respetuosa con la piel y el medio ambiente.


Cada día son más las personas que demandan cosméticos naturales, ecológicos o bio para cuidarse, en detrimento de la cosmética convencional. Pero qué quieren decir exactamente estos términos -natural, eco, bio, orgánico- y en qué se diferencian de los productos de toda la vida.
 
En un sentido estricto, la cosmética natural únicamente usa ingredientes orgánicos o de cultivo biológico y se libera de las sustancias químicas más agresivas. Y la cosmética ecológica, cumple todo lo anterior y además se basa en la utilización óptima de los recursos naturales sin emplear productos químicos de síntesis u organismos genéticamente modificados. Es decir, va un paso más allá ya que, a la vez que nos protege, cuida del medio ambiente. “Este tipo de productos abogan por la coherencia; por las fórmulas que no contienen siliconas ni parabenos, que utilizan sólo fragancias con ingredientes naturales, amplificando así su eficacia”.
 
Si su contenido respeta las normas del juego verde, su proceso de fabricación y sus envases también se unen al equipo: reduciendo la emisión de CO2, empleando fuentes de energía renovable para ver la luz, utilizando menos agua y generando menos residuos, empleando botes y frascos 100% reciclables y haciendo su packaging y materiales publicitarios sólo con papel y cartón procedente de bosques sostenibles.
 
Que un cosmético lleve la etiqueta ecológica o bio conlleva que cumpla una serie de condiciones entre las que se encuentran el no contener en su formulación parafinas ni otros derivados del petróleo, siliconas o materias primas de origen animal -pueden utilizarse productos derivados del animal vivo, como es la leche o la miel de abejas-, la mayoría de conservantes como parabenos, fenoxiatol, etc. Tampoco deben contener colorantes sintéticos ni perfumes.
 
La cosmética ecológica no para de crecer mientras otros sectores se hunden. Y cada vez son más las personas que se están dando cuenta de los peligros que encierran los cosméticos convencionales.  Pero, ¿cuáles son estos peligros? Los cosméticos convencionales son un cóctel de sustancias químicas. Algunas de ellas se han evaluado y presentan riesgos para la salud. Las personas no somos conscientes de que nuestra piel también absorbe estos productos y pasan al torrente sanguíneo sin ninguna barrera. Además, los cosméticos están diseñados para que aumente la penetración y desde que se ha desarrollado la nanotecnología todavía más porque se trabaja con sustancias de un tamaño muy pequeño.
Una de las sustancias más conocidas y polémicas de la cosmética convencional son los parabenos. Se utilizan como conservantes en los cosméticos y van en pequeñas cantidades, pero actúan como disruptores endocrinos, es decir, mimetizan la acción de nuestras hormonas ocupando su lugar y lo hacen en concentraciones infinitesimales. Así, aunque la cantidad en el cosmético sea muy pequeña, sí tiene una acción perjudicial en nuestra salud debido a la acumulación producida por el uso diario.
 
 ¿Y puede estar relacionado el uso de sustancias químicas en la cosmética convencional con las alergias en la piel o los casos de piel sensible? Cada vez hay más personas con problemas de alergias en la piel, a los perfumes y que desarrollan SQM, es decir, sensibilidad a cualquier tipo de producto químico. Estas personas normalmente reaccionan muy bien ante productos naturales de alta calidad como los cosméticos orgánicos.
 

 

 

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